Queridos padres,
Acaba de hacerse realidad su más
ferviente deseo.
Nosotros los fabricantes, les deseamos
felicidad y
satisfacciones con su retoño.
Que sea siempre fuente de alegría para ustedes
y colme las
esperanzas que han puesto en él y
en nuestra empresa.
Nos hemos esforzado por garantizarles un
descendiente
agradable, simpático y con un
gran porvenir.
¡Acéptenlo de buen grado!
No les resultará difícil esta aceptación, ya que
nuestros
productos son sumamente fáciles de
manejar y de cuidar. Los defectos
e
imperfecciones impuestos por la naturaleza,
no existen en nuestros acabados
productos de
alta perfección técnica.
Y por último un ruego.
Este retoño está construido de tal modo que,
además de la
vigilancia y cuidados normales,
necesita afecto.
¡Les rogamos que no lo olviden!
Mucha felicidad para un largo futuro, les desea…
De nuevo la firma podía decir “Hunbert” o “Monbert”
Fragmento de Konrad o el niño que salió de una lata de conservas