4 may 2020

La niña de los gatos...


En un cuarto hay varios gatos,
cada gato en un rincón,
cada gato ve tres gatos.
¿Sabes cuántos gatos son?





En la familia había una costumbre mi mamá solía coleccionar figuras de porcelana, que guardaba en una vitrina de cedro, esto es importante porque en mis recuerdos de infancia el aroma del cedro siempre me hacía recordar esas figuras.

Con el paso del tiempo las figuras se convertían en pequeños regalos que nos daba a los miembros de la familia en distintas ocasiones, las graduaciones, los quince años, el primer festejo de 10 de mayo después de que mi hermana se convirtió en mamá.

Mucho de nuestra historia de vida está evocado en esas figuritas, hace algunos días, de repente pensé que oficialmente los gatos son tan hermosos e inteligentes que quiero siempre tener uno cerca. Oficialmente acepté convertirme en la "señora de los gatos" animales que me parecen fascinantes.

Hace unos días volví a la casa familiar y entre mis sueños se abrió espacio una figura que casi había olvidado, cuando era muy pequeña, ni siquiera recuerdo la ocasión, me regalaron una de esas figuras de la vitrina que en mis juegos de infancia me parecía mágica, me he reencontrado con ella después de casi 20 años,  una niña de los gatos, que me hizo recordar algunas adivinanzas, canciones y poemas, que homenajean a nuestros amigos felinos.





Escucha El gato viudo





Digo de noche un gato
(Fragmento)
"Vino de noche un gato
con el color oscuro de mi sueño
y con la risa
que rueda por la tierra
sus colores profundos.
Vino de noche 
para decir diciendo 
entre maullidos
que la vida es de aire,
de aire a pleno cielo.
Vino a lamerme lento 
por mi nombre
de música y de nubes,
sobre las blancas olas
de la espuma."
María Baranda
Digo de noche un gato y otros poemas
Ed. El naranjo
#LecturaRecomendada




9 abr 2020

Jugaremos en el bosque o la memoria de la infancia

"Jugaremos en el bosque mientras el lobo no está aquí, porque si el lobo aparece entero nos comerá, lobo estás ahí..."

Desde pequeña me enseñaron a temerle a los lobos (aunque seguramente no estaré cerca de uno en el estricto sentido), a jugar sólo por un momento y a siempre estar preparada para la huida.

Muchas historias viajan con nosotros desde nuestra infancia, permean nuestro imaginario, todos identificamos a Caperucita, la niña que se adentra en el bosque llevando una canasta de comida para alimentar y procurar a su abuela enferma.

Algunas niñas según la moda en disfraces que estaba en ese momento, hemos sido Caperucita, (hasta hace algunos años mi madre conservaba en excelente estado mi caperuza de terciopelo rojo).

He leído muchas Caperucitas, de diferentes colores y lugares, pero con idéntica historia, en el germen de ese cuento está la advertencia y la lucha por sobrevivir ¿no es acaso la supervivencia una de las constantes en todos los cuentos de hadas?

Por eso quiero compartirles algo de lo que encontré en Enigmas un libro de Beatriz Martín Vidal, cuyas imágenes son impresionantes, nos acercan más a los orígenes oscuros de esos cuentos, detrás de cada página está el encuentro con lo desconocido, la sorpresa va acompañada de la fuerza de su trazo que resuena en esas historias infantiles que en algún momento nos contaron y algunas preguntas que Beatriz se atreve a enunciar, pequeños secretos que tal vez no debieran ser mencionados...



Otra vez Caperucita... esta vez no es la niña desvalida, en espera de ser rescatada, no es la pequeña que por su candidez se convierte en presa fácil para el lobo, es la diferente, la feroz, la valiente, la que lucha y se defiende sola, a pesar de su fragilidad o tal vez por la misma.



                    Caperucita negra
                               
                                               ¿Quién es ella,

                                                la que los lobos temen?                   


                                              Conoce más de la obra de Beatriz Martín Vidal